martes, 9 de marzo de 2010

El 30 de Octubre de 2010 se celebrará el 100 aniversario del nacimiento del escritor  Miguel Hernández en Orihuela (Alicante).




Miguel Hernández Gilabert nació un 30 de Octubre del año 1910 dentro de una familia humilde que se dedicaba a criar ganado. En estos ratos de soledad con el pastoreo de sus ovejas Miguel lee apasionado libros y libros, y comienza a tantear el mundo de la creación poética. Miguel se convierte en un asiduo visitante de la biblioteca de Luis Almarcha, sacerdote y canónigo de la catedral oriolana.
Conoce a varios amigos en las tertulias cristianas (entre ellos José María Gutiérrez, más conocido posteriormente con su seudónimo Ramón Sijé) y junto a ellos forman un grupo teatral y empieza a componer sus primeras obras. Su principal fuente de inspiración es el entorno en el que vive: la huerta, su patio, la montaña, el pastoreo, etc..Algunos diarios de la provincia comenzaron a publicar sus primeros poemas. El primero que aparece publicado es el titulado "Pastoril", en el periódico local El Pueblo de Orihuela. Tras esta aparición pública del joven poeta se irán prodigando sus colaboraciones en la prensa local y, posteriormente, en la provincial.
En 1931 realiza su primer viaje a Madrid y, al no encontrar el apoyo que esperaba, regresa a Orihuela. En 1933 se edita su primer libro, Perito en lunas.
En 1934 realiza su segundo viaje a Madrid. Este viaje supone un cierto triunfo para él: entabla amistad con algunos poetas del 27, especialmente Aleixandre, y con el chileno Pablo Neruda, y  publica en la revista Cruz y Raya su auto sacramental Quién te ha visto y quién te ve y sombra de lo que eras.
Regresa a Orihuela en verano para formalizar su noviazgo con Josefina Manresa, con la que se casa en 1937. En estos años destacamos tres acontecimientos importantes:
·        Colaboración en las “Misiones Pedagógicas
·        Fallecimiento de su amigo Ramón Sijé, al que dedica uno de los más bellos poetas del autor, Elegía(http://www.poesia-inter.net/mh3429.htm
· Publicación del libro El rayo que no cesa
Al estallar la guerra, se alista en el Quinto Regimiento del PCE y llegará a ser comisario, más cultural que político, pues sus tareas se centraron en la propaganda y en la agitación política.
Al terminar la contienda, pasa a Portugal, pero la policía de Salazar lo devuelve a España y sufre una primera detención de la que se libra gracias a la gestiones de Neruda. A esta etapa pertenece su “Cancionero y romancero de ausencias”, un conjunto poético marcado por la amargura, la soledad y el intimismo. En cautiverio, Miguel escribe hermosísimos poemas, como “Nanas de la cebolla”, dedicado a su hijo.
Luego vuelve a Orihuela, donde le denuncian, le juzgan y condenan a muerte, pena que le conmutan gracias a la intervención de Almarcha, quien llegó a ser obispo, y de Jose María de Cossio( con el que trabaja en la publicación de su obra Los Toros).
Pasa por cárceles de Madrid, Palencia y Ocaña, donde enferma de bronquitis, tifus y tuberculosis. A pesar de las tremendas penalidades físicas,  mantiene una integridad personal y una dignidad moral dignas de elogio (una simple carta de renuncia de sus convicciones políticas y de adhesión al nuevo régimen le hubieran permitido salir de la cárcel y recibir tratamiento médico en un sanatorio).
Miguel fue consciente en todo momento de su agonía, y así lo confesó pocas horas antes de morir a su amigo y compañero de cárcel Luis Fabregat Terrés: “Mira Luis, yo sé bien por donde va la procesión”. Finalmente es trasladado a la cárcel de Alicante, donde fallece el 28 de marzo de 1942.
Muy pocos saben que era un apasionado de la fotografía, escritor de guiones de cine, fundador de los principales periódicos y emisoras de radio de la época, y un autodidacta genial en manualidades como la papiroflexia y la madera. «Fabricaba con sus manos juguetitos de impresionante belleza para su hijo y que, en muchas ocasiones, eran robados por los celadores de la prisión donde estaba encarcelado Miguel Hernández», señala su nuera.
Además, le encantaba contar chistes -«verdes», según su gran amigo Vicente Aleixandre- e imitaba a la perfección el trino de los pájaros -«me tienes que llevar a tu Levante natal para escucharlos», le rogaba Pablo Neruda-.
O que, durante un tiempo, dirigió la compañía La Barraca, tras el asesinato de Federico García Lorca, para que los actores que la componían no se quedaran en paro. «El teatro de Lorca le influyó muchísimo», rememora su nuera. Quizá por ello, su familiar insiste una y otra vez en que «todavía queda mucho por investigar de Miguel Hernández».
 
http://www.rtve.es/mediateca/videos/20100227/miguel-hernandez-poeta-luz-asombro/706732.shtml

Este trabajo de investigación lo van a realizar mis alumnos de 4º ESO que desarrolarán en las jornadas culturales de los días 24 y 25 de marzo.
En la siguiente entrada os contaré la planificación y desarrollo del trabajo, y en la sigueinte, espero, podré compartir con voostros sus maravillosos trabajos.

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